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miércoles, 31 de marzo de 2010

Seudónimo

Amanece la palabra amada,
como dulce estrella susurrada
en nuestra noche más deseada.
Nuestros cuerpos abrigan este amor,
se desprende etéreo de este roce,
mutuo,al unísono, inmenso goce.
El horizonte del placer,respira con fervor,
acarícia son sutil sutileza este ardor,
alumbrando,iluminando de creciente deseo,
esta renacida pasión, en la que si creo...
Las segundas oportunidades,
siempre son bien recibidas,
si en nuestros corazones, no son retenidas,
las señales de nuestras incipientes maldades...

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