Acorralado

Protejo mi sombra al abrigo de una palmera,
altiva,señorial en su bienestar,orgullosa de si misma,
su tronco hecho a su medida,su luz me ensimisma,
a veces pienso que no es una palmera, sino un sueño o quimera.

Recorro los últimos recovecos de tu cuerpo incierto,
manos que se escabullen en imagenes turbias, adormiladas,
bajo el palio que todo lo proteje,nalgas firmes,doradas
relucen bajo la luz anoréxica que llora a cielo abierto.

El juego del gato y el ratón es mil veces repetido,
sonrisas prófugas de aliento se esfuman entre tus dedos,
el diablo siempre ronda las flechas del dios Cupído.

La falta de decisión siempre aparece en estos enredos,
dos son siempre dos,tres número impar,corazón herido,
el fracaso siempre duerme entre todos nuestros miedos.